lunes, 2 de junio de 2014

LA CALLE HA LLEGADO A LAS URNAS

Javier Gallego
El diario, 31/05/2014


El gran cambio que se ha producido en estas elecciones es que el grito de la calle ha llegado a las urnas. El gran cambio no es el número de votos contrarios al antiguo régimen que aún está muy lejos del bipartidismo, es lo que esos votos representan. Es el paso de la manifestación a la institución, eso que tanto temía el 15M pero que ahora parece la estrategia correcta. La calle ha entrado en el sistema para intentar cambiarlo. Hemos saltado la valla que rodea al Parlamento (el europeo, de momento). Ya no hace falta rodear el Congreso, la protesta está dentro. Hemos pasado de tomar la plaza a tomar el escaño. Es un cambio brutal. 

Hasta ahora tenían a la calle allí lejos, donde no les molesta, donde el problema no era suyo, era de la policía. Pero ahora el descontento social ha metido el pie en el territorio que ellos reconocen y tienen que respetar. En su terreno. Ahora la calle tiene la misma autoridad legal que ellos y no pueden obviarla. No pueden negar a un diputado como niegas la protesta porque se estarían negando a sí mismos y sus normas. Ahora la calle juega en el mismo campo, al mismo juego y con las mismas reglas. Fair play.

Como era de esperar, a los reyes de la jungla y del mambo les parece una intrusión que el pueblo llano se meta en su pista de baile. Por eso han reaccionado dando zarpazos. Como leones heridos en su orgullo. Prueba de ello es la inquina del PP (y de las viejas momias del PSOE como Felipe) contra Podemos, un partido al que los populares casi han cuadriplicado en votos. Pero más que el número, lo que les molesta es que ahora los perroflautas son iguales a ellos. Qué desfachatez. ¡Los pies negros les están ensuciando las alfombras de palacio!