miércoles, 29 de febrero de 2012

ONG OCCIDENTALES, IMPLICADAS EN PLANES PARA DIVIDIR EGIPTO EN CUATRO PARTES

RT, 23/02/2012

Las autoridades egipcias acusan a varias organizaciones no gubernamentales occidentales de colaborar en la desestabilización y el desmembramiento del país.


En las oficinas de varias ONG estadounidenses y una alemana se encontraron incluso mapas de la división de Egipto que supuestamente remiten a un plan de reparto de Oriente Próximo, elaborado hace tres décadas.

El diario estadounidense The New York Times indica que al menos cuatro ONG norteamericanas (Instituto Internacional Republicano, Instituto Nacional Democrático, Centro Internacional para Periodistas, Casa de la Libertad) y la alemana Fondo Konrad-Adenauer contrataban a egipcios para colaborar con la Inteligencia de EE. UU. y provocar enfrentamientos religiosos.

Las primeras inspecciones en las oficinas se realizaron ya en diciembre de 2011. Las autoridades han procesado a 19 estadounidenses, 14 egipcios y varios ciudadanos de otros países como Líbano, Alemania o Noruega. De ser declarados culpables, pueden pasar hasta cinco años en prisión.

El escándalo con las ONG ya ha provocado cierto enfriamiento en las relaciones entre El Cairo y Washington. EE. UU. amenazó, por ejemplo, con suspender la ayuda financiera al país africano.

El plan de reparto de Oriente Próximo

Por su parte, el periódico egipcio Al-Ahram publicó un artículo del periodista local Muhammad Dunia en el que el autor revela una estrategia de reparto no solo de Egipto, sino de todo Oriente Próximo, propuesta en los 80 por el profesor de la Universidad de Princeton Bernard Lewis.

Así, el plan “sionista-estadounidense” prevé la división de Egipto en cuatro países. El primero estaría bajo el control de los judíos y ocuparía el territorio desde el Sinaí hasta la Delta oriental del Nilo. Además, Lewis proponía crear un país cristiano con su centro en Alejandría, uno de Nubia (sur de Egipto unido con Sudán) y finalmente un país de bereberes con capital en El Cairo.

“Las fuerzas extranjeras solo esperan aprovechar acontecimientos como la reciente revolución para destruir Egipto”, advierte Dunia.

martes, 28 de febrero de 2012

SIRIA: PRENSA OCCIDENTAL 'TRAGA' DATOS PROVENIENTES DE UN DUEÑO DE CAFETERÍA SIN FORMACIÓN

RT, 25/02/2012

El organismo que ‘alimenta’ con los datos clave sobre la situación en Siria a la mayoría de los medios de comunicación occidentales y con ellos, a sus lectores por todo el mundo, son poco de fiar, debido a que está encabezado por un comerciante, sin formación, y que ni siquiera reside en el país del conflicto. Así lo ha declarado este sábado el portavoz de la Cancillería rusa, Alexánder Lukashévich.

Hechos que hablan por sí mismos

"Según nuestros datos, el 'Observatorio sirio de los Derechos Humanos' que provee los datos, cuenta con tan solo dos personas, un director y un secretario traductor. Está encabezado por un tal R. Abdurajmán, a quien no solo falta la formación periodística o jurídica, sino también una simple educación secundaria completa”, afirmó el diplomático.

En el marco de una entrevista con los medios de comunicación en noviembre del año pasado él mismo informó que reside en Londres, donde se encuentra la sede del organismo, goza de ciudadanía británica y se dedica a actividades comerciales (dueño de una cafetería), según revela el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.

Además, se precisa que los representantes del ‘observatorio’ evitan a toda costa contactar con los diplomáticos rusos. "Creemos que estos hechos hablan por sí mismos sobre la fiabilidad de la información proporcionada por esta estructura", menciona la Cancillería rusa.

Datos que no cuadran

Actualmente los datos importantes provenientes del ‘observatorio’ sobre la situación real en torno al conflicto en Siria y el número de las víctimas mortales, están siendo utilizados por casi toda prensa occidental.

De acuerdo con las cifras de la ONU, el número total de víctimas en los violentos enfrentamientos en Siria superó las 5.000 personas, mientras que los defensores de derechos humanos en los medios de comunicación occidentales informan de más de 7.500 fallecidos. Al mismo tiempo, las autoridades sirias insisten en que en choques con la oposición resultaron muertos más de 2.000 soldados y policías, contra quienes actúan militantes perfectamente armados.

Ya había sucedido

A mediados del año pasado estalló un escándalo parecido, cuando se reveló que un estadounidense residente en Gran Bretaña, Tom MacMaster, se había hecho pasar por una lesbiana siria, describiendo en su blog, que contaba con miles de seguidores, acontecimientos en torno a la situación en el país, que no tenían nada que ver con la situación real.

Entonces el blog se había hecho tan popular, que la 'autora', denominada Amina Abdalla Arraf al-Omari, hasta había llegado a dar varias entrevistas, incluso a la agencia AP y al periódico británico 'The Guardian', respondiendo a los cuestionarios a través del correo electrónico.


lunes, 27 de febrero de 2012

INTERECONOMÍA FINGE UNA AGRESIÓN PARA CRIMINALIZAR A LOS ESTUDIANTES VALENCIANOS QUE SE MANIFIESTAN CONTRA LOS RECORTES EN EDUCACIÓN



A la esperpéntica y ultra cadena de TV Intereconomía le da igual ponerse en evidencia públicamente con tal de criminalizar mediante burda manipulación a cualquier tipo de movimiento de protesta social. No es nada nuevo. Ya durante los momentos álgidos del Movimiento del 15 M este medio realizó una entrevista a un falso miembro de dicho movimiento contratado por la cadena que se recreó en los tópicos que difunde ésta sobre los activistas de la izquierda (sucios, drogadictos, violentos, etc.) Esta vez, según denuncia un vídeo colgado recientemente en YouTube (y que se muestra a continuación) que ha batido récords en cuanto al número de visitas, el teatrillo ha consistido en usar a falsos agresores (unos supuestos encapuchados a los que curiosamente no se ve en el vídeo) que golpean (aunque esto tampoco se ve) e impiden que los corresponsales hagan su "trabajo". Especialmente patética la frase con la que la señora "periodista" (por llamarla de alguna manera) se despacha a gusto desde el plató contra los estudiantes en lucha:

"Si no se dice lo que ellos NO quieren decir, te destrozan la cámara".

De antología, con esa doble negación afirmadora dando testimonio de la calidad de la enseñanza que estos plumíferos de extrema derecha recibieron en los colegios de curas donde se formaron (o más bien, se "deformaron"). Seguro que a estos asnos al menos no les faltó la calefacción en el aula.


viernes, 24 de febrero de 2012

SIRIA: LA MAQUINARIA DE GUERRA DEVORA A SUS PROPAGANDISTAS

por Viktor Reznov
Syria News, 23/02/2012

Siria: los periodistas Remi Ochlik y Marie Colvin asesinados por sus propias labores de propaganda

Marie Colvin con los "rebeldes" libios

Una vez más, dos periodistas empotrados fueron asesinados presuntamente en Siria, otros dos occidentales. Remi Ochlik, un fotógrafo, y la reportera del Sunday Times, Marie Colvin, quien también había informado para la CNN. Por supuesto, la CNN afirmó, sin titubear, que habían sido asesinados por las bombas del gobierno sirio en Homs.

El canciller francés, Alain Juppé, un mandatario occidental de lo más repugnante, que es responsable de la guerra ilegal contra Libia y Siria, y que también tiene un nuevo pasatiempo, denigar a Rusia, también ha dicho que el fotógrafo, Remi Ochlik, fue asesinado por las bombas.

Las reglas del lenguaje recuerda sin ningún tipo de coincidencia, al lenguaje (la propaganda falsa) del "bombardeo de su propio pueblo" en Libia. El esquema es siempre el mismo.

El Ministerio de Información sirio no tenía conocimiento de que ambos periodistas presuntamente estaban en la ciudad siria de Homs. Como recientemente con la muerte del periodista francés Gilles Jacquier (quien fue asesinado por el llamado Ejército Sirio Libre, ESL), occidente inicialmente difunde información no confirmada al unísono:

El gobierno sirio bombardea "a su propio pueblo" a sangre fría, aunque los medios occidentales tienen que admitir al mismo tiempo, que no tienen ninguna información independiente. Una contradicción, que es típica de la (falsa) de propaganda.

Como resultó al final, el periodista francés Jacquier (que estaba disfrazado de periodista, pero que era un agente del Servicio de Inteligencia francés) fue asesinado por las granadas del "Ejército Sirio Libre" (ESL).

Así que Jacquier murió por las granadas de los grupos armados apoyados por occidente, que atacaron a pacíficos manifestantes pro-Assad y fueron responsables de muertes y lesiones de civiles - no hubo corrección o protesta al respecto. Los sirios son sólo víctimas de segunda clase para los medios de comunicación y gobiernos occidentales.

A pesar de estos incidentes y un informe que revela la verdad (misión de observadores de la Liga Árabe), la CNN, el canal de Colvin, todavía miente como un bellaco. CNN continúa utilizando mentiras para hacer propaganda falsa, sin ninguna duda. Y lo mismo la BBC, Sky News, ARD, ZDF y muchos otros canales de medios de comunicación estatales.

"El régimen sirio ha restringido el acceso a Siria para los periodistas extranjeros, lo que hace imposible la verificación de una gran cantidad
de los informes de la oposición o del gobierno. Sin embargo, algunos periodistas fueron a Siria (por ejemplo, a través de la ruta de contrabando del Líbano), sin conocimiento del gobierno sirio."


El desmentido oficial: a medida que la Misión de Observadores de la Liga Árabe informaba, cientos de periodistas de occidente están en Siria y también son acreditados por el gobierno. Aquí en la página 10 (PDF) se enumeran por su nombre. La información del informe de la misión de observadores sobre los medios occidentales:

"69. Tales informes inventados han contribuido a aumentar las tensiones entre los sirios, y también perjudica la labor de los observadores."

CNN - A un mentiroso no se le cree ni cuando dice la verdad

Uno de los problemas de Occidente es que los observadores y periodistas independientes (por ejemplo, un informe de una delegación francesa independiente - Francés / Inglés ) no solo cuentan de la verdad, sino que también refutan la maquinaria de falsa propaganda de Occidente.

Estos observadores y periodistas independientes también sostienen un alto el fuego inmediato y negociaciones sin condiciones previas. Pero esto es rechazado por 0ccidente y sus "grupos opositores", "activistas", "consejos" y bandas armadas. El objetivo es claro: la guerra.

Siria: ¿Estos muertos son útiles para quién?


Los periodistas independientes y los observadores deben mantenerse fuera de Siria, de modo que no sean capaces de informar sobre el inminente gran ataque y la guerra encubierta en curso. Los llamados "periodistas empotrados" son los únicos que deben proporcionar "la interpretación de la situación" en Siria.

Colvin y Ochlik son -como ya lo fue Jacquier- víctimas involuntarias de la histeria bélica de occidente.

Pero también son víctimas de la maquinaria de propaganda del bando en el que habían luchado. Lejos de la propaganda y las lágrimas de cocodrilo, que generalmente se secan rápidamente en occidente, vamos a echar un vistazo a la auténtica labor del fotógrafo Ochlik y de la reportera del Sunday Times de Murdoch, Marie Colvin.

Ochlik en Libia como fotógrafo, incrustado en el bando de la OTAN, informó acerca de los loados rebeldes y sacó a todos los bandidos de la OTAN y los matones de Al Qaeda en poses heroicas para sus informes para occidente. Su responsabilidad periodística, lamentablemente, no era extansible al bando de las víctimas de la guerra de la OTAN.

También Colvin fue responsable de la difusión de la información (falsa) sobre el "bombardeo de su propio pueblo" en Libia.

Colvin utilizó esta propaganda, igual que lo hizo con los informes sobre las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein, como demuestra el informe sobre la "bomba nuclear de Sadam" en diciembre del año 2000.

Nuestras sinceras condolencias a las familias de las víctimas. Una vez más, la pieza de la maquinaria de guerra y propaganda se convirte en víctima de sí misma.

Que sus muertes sean recordadas. No hay nada más importante que la paz. El alto-el-fuego y las negociaciones deben llevarse a cabo ahora, sin condiciones previas y sin una postura hipócrita de occidente. Alto a la guerra contra Siria.



Fuente: http://hinter-der-fichte.blogspot.com

(Traducido del inglés por Tommaso della Macchina)

¿PERIODISTAS? ¿QUÉ PERIODISTAS?

por Juan Gelman

Tercera Información, 22/02/2012

[¿Qué hacen ciertos periodistas entre gente uniformada y armada? Pues de todo menos informar de la realidad...]

Periodismo empotrado (literalmente "encamado")
  
El teniente coronel Daniel L. Davis tiene rigor moral: después de un recorrido de 15.000 km por muchas provincias de Afganistán que duró doce meses, publicó en el Armed Forces Journal -único medio estadounidense de información independiente sobre cuestiones militares- un artículo cuya primera conclusión es tajante: “Lo que vi no concuerda con las rosadas declaraciones oficiales de jefes de las fuerzas armadas de EE.UU. sobre las condiciones imperantes en el terreno” (www.armedforcesjournal.com, febrero de 2012). El texto fue dado a conocer on line y se titula “Verdades, mentiras y Afganistán. De cómo los líderes militares nos han decepcionado”. Davis detalló el concepto en una entrevista concedida al New York Times (www.nytimes.com, 5/2/12) y en un largo documento que publicó Rolling Stone (www1.rollingstone.com, 11/2/12).

El teniente coronel entrevistó a 250 efectivos propios, de soldados a comandantes de división, a miembros del ejército y la policía afganos y a ciudadanos y campesinos corrientes. Los altos mandos declaran ante el Congreso que se está ganando la guerra gracias al aumento del número de tropas y a que el entrenamiento de fuerzas locales avanza con solidez, pero Davis afirma: “Comprobé la ausencia de logros virtualmente en todos los niveles, los soldados nacionales negocian con los talibán… éstos dominan buena parte del territorio”. Y pregunta: “¿Cuántos estadounidenses más deben morir en aras de una misión sin éxito y después de más de siete años de consideraciones optimistas de nuestros altos mandos en Afganistán? Nadie espera que nuestros líderes tengan siempre un buen plan. Pero sí esperamos -y los hombres que luchan y mueren lo merecen- que nos digan la verdad sobre lo que está sucediendo”.

Davis toca un punto central: analiza por qué ese triunfalismo pasa desapercibido para la población. “Hay diversas razones -dice-, pero tal vez ninguna sea más sustancial que el papel jugado por los medios más importantes en este país… ha sido una deficiencia de todos ellos en cualquier categoría: redes informativas, informativos por cable, revistas y periódicos.” No es una casualidad. A los periodistas que no siguen la línea del Pentágono se les niega el acceso a la información. Para obtenerlo deben entenderse con los militares y eso tiene un precio, dice Davis, la integración de los medios en la máquina de la guerra psicológica del Pentágono, no sólo dirigida al exterior sino, sobre todo, a la opinión pública estadounidense.

La entonces encargada de relaciones públicas del Pentágono Victoria Clark dirigió a comienzos del 2002 un programa de analistas militares de pronta ejecución: contrató a 75 oficiales retirados que aparecían en los informativos de las radios y los canales de televisión o escribían columnas de opinión para ir creando un clima favorable a la guerra con Irak que preparaba la Casa Blanca (www.sourcewatch.com, 8/3/11). El Pentágono les bajaba línea en reuniones semanales y los medios los presentaban como expertos y verdaderos periodistas, dándoles espacio para la propaganda bélica como si fueran observadores objetivos.

El programa continuó después de la ocupación de Irak “para fomentar lealtades ideológicas y militares y también una dinámica financiera poderosa: la mayoría de los analistas tiene lazos con los contratistas involucrados en las políticas de guerra que aquéllos deben comentar”. Cesó en el 2008, cuando el periodista David Barstow investigó el asunto y lo dio a conocer (www.nytimes.com, 20/4/08).

“Todo esto obliga a interrogarse: ¿qué clase de objetividad y análisis honesto recibió el público estadounidense por parte de los medios más importantes durante ese período?”, señala Davis y cita un manual del ejército sobre las llamadas “operaciones informativas” del Pentágono (www.fas.org, 13/2/06) en el que se indica: “La importancia de dominar el espectro de la información explica el objetivo de convertir (a esas operaciones) en una competencia militar central, al mismo nivel de las operaciones por aire, mar y tierra y los operativos especiales”.

Están creciendo las voces que piden en los medios una intervención militar en Irán. Un columnista del Wall Street Journal postula que un presidente “capacitado para el cargo” debe “ordenar a las fuerzas armadas de EE.UU. que ataquen y destruyan las instalaciones del programa nuclear iraní” (//online.wsj.com, 18/1/12), otro afirma en la revista Foreign Affairs que “ha llegado la hora de atacar a Irán” (www.foreignaffairs.com, número de enero/febrero 2012) y todo huele a la proximidad de una acometida militar contra Teherán, como fue el caso de Irak.

Pareciera que el Pentágono “está educando” con cierto éxito a la opinión pública local: una encuesta que el Pew Research Center realizó este mes revela que el 58 por ciento de los estadounidenses están de acuerdo en terminar con las pretensiones nucleares iraníes, incluso mediante una acción militar (//pewresearch.org, 15/2/12). En tanto, los 16 organismos de Inteligencia de EE.UU. evaluaron en el 2007, y lo reiteraron en el 2011, que el programa nuclear de Irán no posee hasta el momento dimensiones militares.

jueves, 23 de febrero de 2012

EL JEFE DE POLICÍA DE VALENCIA SE RELACIONA CON JOSÉ LUIS ROBERTO, LÍDER DE ESPAÑA 2000, CONOCIDO ULTRA, CON NEGOCIOS DE SEGURIDAD Y CLUBES "DE COPAS"

El Plural, 21/02/2012


Antonio Moreno, que ve “enemigos” en los estudiantes, mima al presidente de los locales de alterne




Es el hombre del momento. Se ha convertido a sí mismo en personaje con sus formas y sus palabras. Cuando a Antonio Moreno Piquer, jefe de la Policía de Valencia, le preguntaron hace unas horas sobre qué pensaba hacer frente a las manifestaciones de los estudiantes y qué fuerzas policiales iba a utilizar, su respuesta le retrató: “No es prudente revelarle al enemigo cuáles son mis fuerzas". La gesticulación, golpes sobre la mesa incluidos, con los que vistió estas palabras, aún le ‘retrataron’ más.

Ese calificativo, “enemigo”, al referirse a los estudiantes, ha sido tan desafortunado que ha provocado que le dejen solo. La Delegada del Gobierno en Valencia, Paula Sánchez de León, su jefa directa, mano derecha de Camps y exvicepresidenta de la Generalitat, como el ministro de Interior han criticado sus palabras y han venido a explicarlas como fruto de un calentón y un error del momento.

Relacionado con el presidente de los Locales de Alterne

Pero lo malo que tiene ser el hombre del momento es que los focos se dirigen a ti, y quizás, por lo que se está viendo, las palabras de Antonio Moreno lejos de ser un desliz, en realidad estén en consonancia con su pensamiento. Al menos, se podría deducir así de su relación con algunos personajes a los que parece estar lejos de considerar “enemigos”.

Por ejemplo, como recordaba hace unas horas el Semanario de Información Directa, de José Luis Roberto, un personaje con el que mantiene buena relación y que, cuando menos, es peculiar. Y es que Roberto es conocido, sobre todo, por ser responsable de ANELA (Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne), además de propietario de una empresa de Seguridad, y que en especial está dedicada a ofrecer servicios de guardaespaldas, La Levantina.

Los falangistas también desconfían de él

Pero es que además José Luis Roberto ha sido presidente de una organización de ultraderecha, España 2000, en la que ha dado un paso atrás, pero que no ha abandonado, ya que al frente de la cual tiene ahora a un empresario de su absoluta confianza. En realidad Roberto, un hombre a punto de cumplir los 60 y abogado de profesión, es un personaje muy oscuro incluso entre quienes compartirían su ideología.

Según ha sabido ELPLURAL.COM, los grupos falangistas le huyen, ya que desconfían de él y le consideran más bien un ‘infiltrado’ de otros grupos políticos y confidente policial. Lo que se llama un ‘reventador’. De él se cuenta cómo asistió a una de las publicitadas concentraciones ultras en Bilbao rodeado de una especie de guardia pretoriana formada por un buen número de los hombres que utiliza en sus servicios de guardaespaldas, en general gente originaria de los países del este europeo.

Cada uno elige sus amigos y sus enemigos

Pues con este José Luis Rubio se ha relacionado en varias ocasiones al Jefe de la Policía en Valencia. Por ejemplo, como recuerda El Semanario de Información Directa, le envió varias cartas felicitando a sus agentes de seguridad privada por algunas de sus acciones, e incluso presidió la entrega de una serie de diplomas a los hombres de José Luis Roberto

Cada persona es libre para elegir sus amigos.., o sus conocidos, pero quizás pueda resultar sorprendente que un jefe de Policía se relacione y premie a alguien como José Luis Roberto y, en cambio, considere “enemigos” a los estudiantes de enseñanza pública que reclaman mejoría en las condiciones en las que se encuentran sus centros de enseñanza.

LA DECADENCIA DE EE.UU. EN PERSPECTIVA, PARTE II. El camino imperial

Rebelion, 21/02/2012




En los años de consciente, auto-infligida decadencia en el país, las “pérdidas” siguieron aumentando en otros sitios. En la última década, por primera vez en 500 años, Suramérica ha emprendido pasos exitosos para liberarse de la dominación occidental, otra pérdida seria. La región ha progresado hacia la integración, y ha comenzado a encarar algunos de los terribles problemas internos de sociedades gobernadas por elites en su mayor parte europeizadas, pequeñas islas de extrema riqueza en un mar de miseria. También se han librado de todas las bases de EE.UU. y de controles del FMI. Una organización recientemente formada, CELAC, incluye a todos los países del hemisferio con la excepción de EE.UU. y Canadá. Si realmente funciona, será otro paso en la decadencia de EE.UU., en este caso en lo que siempre ha considerado como su “patio trasero”.

Incluso más seria sería la pérdida de los países de MENA –Medio Oriente/Norte de África– que han sido considerados por los planificadores desde los años cuarenta como “una estupenda fuente de poder estratégico, y una de las mayores preseas materiales en la historia del mundo”. El control de las reservas energéticas de MENA generaría “un sustancial control del mundo”, en las palabras del influyente consejero de Roosevelt, A.A. Berle.

Sin duda, si las proyecciones de un siglo de independencia energética de EE.UU. basada en recursos energéticos norteamericanos resultaran ser realistas, la importancia de controlar MENA disminuiría en algo, aunque probablemente no en mucho: la preocupación principal ha sido siempre el control más que el acceso. Sin embargo, las probables consecuencias para el equilibrio del planeta son tan ominosas que la discusión puede ser en gran parte un ejercicio académico.

La Primavera Árabe, otro evento de importancia histórica, puede presagiar por lo menos una “pérdida” parcial de MENA. EE.UU. y sus aliados han hecho lo posible por impedir ese resultado – hasta ahora con considerable éxito. Su política hacia las revueltas populares se ha ajustado de cerca a las líneas directivas estándar: apoyar a las fuerzas más sensibles a la influencia y el control de EE.UU.

Los dictadores preferidos son apoyados mientras puedan mantener el control (como en los principales Estados petroleros). Cuando ya no es posible, son descartados y se trata de restaurar el antiguo régimen en la mayor medida posible (como en Túnez y en Egipto). El patrón general es familiar: Somoza, Marcos, Duvalier, Mobutu, Suharto, y muchos otros. En un caso, Libia, las tradicionales tres potencias imperiales intervinieron mediante la fuerza a fin de participar en una rebelión para derrocar a un dictador mercurial y poco fiable, abriendo el camino, como se espera, a un control más eficiente de los ricos recursos de Libia (primordialmente el petróleo, pero también el agua, de particular interés para las corporaciones francesas), a una posible base para el Comando África de EE.UU. (limitado hasta ahora a Alemania) y a la inversión de la creciente penetración china. En lo que respecta a la política, ha habido pocas sorpresas.

Crucialmente, es importante reducir la amenaza de una democracia que funcione, en la cual la opinión popular pueda influencia significativamente la política. Esto, de nuevo, es rutina, y es bastante comprensible. Una mirada a los estudios de opinión pública realizados por agencias de sondeo en los países de MENA explica fácilmente el temor occidental a una auténtica democracia, en la cual la opinión pública influencie significativamente la política.

Israel y el Partido Republicano

Consideraciones semejantes se trasfieren directamente a la segunda preocupación importante planteada en la edición de Foreign Affairs citada en la primera parte de este artículo: el conflicto Israel-Palestina. Será difícil mostrar con más claridad el temor a la democracia que en este caso. En enero de 2006, hubo una elección en Palestina, calificada de libre e imparcial por monitores internacionales. La reacción instantánea de EE.UU. (y claro está de Israel), y Europa lo siguió cortésmente, fue imponer duras sanciones a los palestinos por haber votado de manera equivocada.

No es ninguna innovación. Está perfectamente de acuerdo con el principio general y nada sorprendente reconocido por los expertos dominantes: EE.UU. apoya la democracia si, y solo si, el resultado está de acuerdo con sus objetivos estratégicos y económicos, la conclusión lastimera del neo-reaganita Thomas Carothers, el más cuidadoso y respetado analista experto de las iniciativas de “promoción de la democracia”.

De un modo más general, durante 35 años EE.UU. ha encabezado el campo negacionista sobre Israel-Palestina, bloqueando un consenso internacional que pide una solución política en términos demasiado conocidos como para que requieran repetición. El mantra occidental es que Israel busca negociaciones sin condiciones previas, a lo que se niegan los palestinos. Lo contrario es más exacto. EE.UU. e Israel exigen precondiciones estrictas que, además, han sido elaboradas para asegurar que las negociaciones conduzcan a una capitulación palestina sobre temas cruciales, o a ninguna parte.

La primera condición previa es que las negociaciones deben ser supervisadas por Washington, lo que tiene tanto sentido como exigir que Irán supervise la negociación de conflictos entre suníes y chiíes en Iraq. Las negociaciones serias tendrían que tener lugar bajo los auspicios de alguna parte neutral, preferiblemente una que goce de un cierto respeto internacional, tal vez Brasil. Las negociaciones tratarían de resolver los conflictos entre los dos antagonistas: EE.UU./Israel por una parte, y la mayor parte del mundo por la otra.

La segunda condición previa es que Israel debe tener libertad para expandir sus asentamientos ilegales en Cisjordania. Teóricamente, EE.UU. se opone a esas acciones, pero con un ligerísimo tirón de orejas, mientras sigue suministrando apoyo económico, diplomático y militar. Cuando EE.UU. tiene algunas objeciones limitadas, impide con gran facilidad las acciones, como en el caso del proyecto E-1 para vincular Gran Jerusalén con la ciudad de Ma’aleh Adumim, dividiendo prácticamente en dos Cisjordania, una altísima prioridad para los planificadores israelíes (de todo el espectro), pero provocando algunas objeciones en Washington, por lo que Israel ha tenido que recurrir a medidas tortuosas para mermar el proyecto.

El fingimiento de oposición llegó al nivel de farsa en febrero pasado cuando Obama vetó una resolución del Consejo de Seguridad que pedía la implementación de política oficial de EE.UU. (agregando también la observación no polémica de que los propios asentamientos son ilegales, a diferencia de su expansión). Desde entonces se ha hablado poco de la terminación de la expansión de asentamientos, que continúa, con una provocación premeditada.

Por lo tanto, mientras representantes israelíes y palestinos se preparaban para reunirse en Jordania en enero de 2011, Israel anunció nuevas construcciones en Pisgat Ze’ev y Har Homa, áreas de Cisjordania que considera que se encuentran dentro del área considerablemente expandida de Jerusalén, anexada, cubierta de asentamientos y construida como capital de Israel, todo en violación de órdenes directas del Consejo de Seguridad. Otras acciones incluyen el mayor plan de separar los enclaves que le puedan quedar a la administración palestina del centro cultural, comercial y político de la vida palestina en la antigua Jerusalén.

Es comprensible que los derechos palestinos deban ser marginados en la política y el discurso estadounidense. Los palestinos carecen de riqueza y de poder. No ofrecen prácticamente nada a los intereses políticos de EE.UU.; de hecho, tienen valor negativo, son una molestia que moviliza a “la calle árabe”.

Israel, al contrario, es un valioso aliado. Es una sociedad rica, con una industria de alta tecnología sofisticada, en gran parte militarizada. Durante décadas, ha sido un altamente apreciado aliado militar y estratégico, en particular desde 1967, cuando hizo un gran servicio a EE.UU. y a su aliado saudí al destruir el “virus” nasserista, estableciendo la “relación especial” con Washington en la forma que ha persistido desde entonces. También es un centro creciente para inversiones de alta tecnología de EE.UU. De hecho, las industrias de alta tecnología, y particularmente militares, en los dos países están estrechamente vinculadas.

Aparte de semejantes consideraciones elementales de política de gran potencia, hay factores culturales que no deben ser ignorados. El sionismo cristiano en Gran Bretaña y en EE.UU. precedió de largo al sionismo judío, y ha sido un significativo fenómeno elitista con claras implicaciones políticas (incluida la Declaración Balfour, que se basó en él). Cuando el general Allenby conquistó Jerusalén durante la Primera Guerra Mundial, fue aclamado en la prensa estadounidense como Ricardo Corazón de León, quien había finalmente vencido en las Cruzadas y expulsado a los paganos de Tierra Santa.

El siguiente paso fue que el Pueblo Elegido volviera a la tierra que le fuera prometida por el Señor. Articulando un punto de vista común de la elite, el secretario del Interior del presidente Franklin Roosevelt, Harold Ickes, describió la colonización judía de Palestina como un logro “sin igual en la historia de la raza humana”. Semejantes doctrinas encuentran fácilmente su lugar dentro de las doctrinas providencialistas que habían sido un fuerte elemento en la cultura popular y de la elite desde los orígenes del país: la creencia en que Dios tiene un plan para el mundo y que EE.UU. lo está realizando bajo guía divina, como es articulado por una larga lista de personajes destacados.

Por otra parte, el cristianismo evangélico es una importante fuerza popular en EE.UU. Más hacia los extremos, el cristianismo evangélico del Fin de los Tiempos también tiene un enorme alcance popular, vigorizado por el establecimiento de Israel en 1948, revitalizado aún más por la conquista del resto de Palestina en 1967 – todas señales de que se acercan el Fin de los Tiempos y la Segunda Venida.

Estas fuerzas se han vuelto particularmente significativas desde los años de Reagan, ya que los republicanos han abandonado la pretensión de ser un partido político en el sentido tradicional, mientras se dedican en virtual formación uniforme a servir a un ínfimo porcentaje de súper ricos y al sector corporativo. Sin embargo, el pequeño electorado que es servido primordialmente por el partido reconstruido no puede proveer votos, de modo que se han vuelto a otra parte.

La única alternativa es movilizar tendencias que siempre han estado presentes, aunque raramente como una fuerza política organizada: primordialmente nativistas que tiemblan de miedo y odio, y elementos religiosos que son extremistas según estándares internacionales, pero no en EE.UU. Un resultado es la reverencia por supuestas profecías bíblicas, de ahí no solo el apoyo a Israel y sus conquistas y expansión, sino un amor apasionado por Israel, otra parte fundamental del catequismo que debe ser entonado por candidatos republicanos – y demócratas, de nuevo, no demasiado lejos.

Dejando de lado estos factores, no hay que olvidar que la “Anglosfera” – Gran Bretaña y sus retoños – consiste de sociedades de colonos, que surgieron de las cenizas de poblaciones indígenas, reprimidas o virtualmente exterminadas. Las prácticas del pasado deben haber sido básicamente, en el caso de EE.UU., incluso ordenadas por la Divina Providencia. Por lo tanto a menudo existe una simpatía intuitiva por los hijos de Israel cuando siguen un camino semejante. Pero primordialmente prevalecen los intereses geoestratégicos y económicos, y la política no está grabada en piedra.

La “amenaza” iraní y el tema nuclear

Finalmente consideremos el tercero de los principales temas encarados en los periódicos del establishment citados anteriormente, la “amenaza de Irán”. Entre las elites y la clase política es considerada generalmente como la amenaza primordial para el orden mundial – aunque no entre las poblaciones. En Europa, los sondeos muestran que se considera a Israel como la principal amenaza para la paz. En los países del MENA, este estatus es compartido con EE.UU., hasta el punto que en Egipto, en vísperas del levantamiento de la Plaza Tahrir, un 80% pensaba que la región sería más segura si Irán tuviera armas nucleares. Los mismos sondeos establecieron que solo un 10% considera que Irán constituye una amenaza – a diferencia de los dictadores gobernantes, quienes tienen sus propias preocupaciones.

En EE.UU., antes de las masivas campañas propagandísticas de los últimos años, una mayoría de la población estaba de acuerdo con la mayor parte del mundo en que, como firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear, Irán tiene derecho a enriquecer uranio. E incluso ahora, una gran mayoría está a favor de medios pacíficos para tratar con Irán. Incluso existe una fuerte oposición a una participación militar si Irán e Israel estuvieran en guerra. Solo un cuarto considera que Irán sea de alguna manera una preocupación importante para EE.UU. Pero no es poco usual que haya una brecha, a menudo un abismo, que divide a la opinión pública y la política.

¿Por qué, exactamente, se considera a Irán como una amenaza tan colosal? La pregunta es poco discutida, pero no es difícil encontrar una respuesta seria – aunque no, como de costumbre, en los pronunciamientos febriles. La respuesta mejor documentada es provista por el Pentágono y los servicios de inteligencia en sus informes regulares al Congreso sobre la seguridad global. Informan que Irán no plantea una amenaza militar. Sus gastos militares son muy bajos incluso según los estándares de la región, minúsculos, claro está, en comparación con EE.UU.

Irán tiene poca capacidad para desplegar fuerza. Sus doctrinas estratégicas son defensivas, diseñadas para disuadir una invasión durante suficiente tiempo para quela diplomacia solucione los problemas. Si Irán desarrollara una capacidad de armas nucleares, informan, formaría parte de su estrategia de disuasión. Ningún analista serio cree que los clérigos gobernantes estén ansiosos de ver que su país y sus posesiones sean vaporizados, la consecuencia inmediata de que llegaran incluso cerca de iniciar una guerra nuclear. Y es apenas necesario mencionar las razones por las cuales cualquier dirigencia iraní estaría preocupada por la disuasión, bajo las circunstancias existentes.

No cabe duda de que el régimen es una seria amenaza para gran parte de su propia población – y desgraciadamente, no se puede decir que sea un caso único desde ese punto de vista. Pero la amenaza primordial para EE.UU. e Israel es que Irán pueda estorbar su libre ejercicio de violencia. Otra amenaza es que los iraníes buscan evidentemente extender su influencia a los vecinos Iraq y Afganistán, y también más lejos. Esos actos “ilegítimos” son llamados “desestabilizadores” (o algo peor). Al contrario, la imposición por la fuerza de la influencia sobre la mitad del mundo contribuye a la “estabilidad” y al orden, de acuerdo con la doctrina tradicional de quién es el dueño del mundo.

Tiene mucho sentido el intento de impedir que Irán se sume a los Estados con armas nucleares, incluidos los tres que se han negado a firmar el Tratado de No Proliferación –Israel, India y Pakistán– todos los cuales han recibido ayuda de EE.UU. para el desarrollo de armas nucleares y siguen recibiendo esa ayuda. No es imposible acercarse a ese objetivo por medios diplomáticos pacíficos. Una actitud, que goza de abrumador apoyo internacional, es emprender pasos significativos hacia el establecimiento de una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente, incluidos Irán e Israel (aplicado también a fuerzas de EE.UU. desplegadas en el área); mejor todavía si se extiende al Sur de Asia.

El apoyo para tales esfuerzos es tan fuerte que el gobierno de Obama se ha visto obligado a aceptar formalmente, pero con reservas, que: crucialmente, el programa nuclear de Israel no debe ser colocado bajo los auspicios del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y que no se debe pedir a ningún Estado (lo que quiere decir EE.UU.) que divulgue información sobre “instalaciones y actividades nucleares de Israel, incluida información relacionada con anteriores transferencias nucleares a Israel”. Obama también acepta la posición de Israel de que toda propuesta semejante debe estar condicionada a un acuerdo de paz exhaustivo, que EE.UU. e Israel pueden seguir retardando indefinidamente.

Este estudio no se aproxima en nada a ser algo exhaustivo, sobra decir. Entre tópicos importantes que no son considerados es el cambio en la política militar de EE.UU. hacia la región Asia-Pacífico, con las nuevas adiciones al inmenso sistema de bases militares que tiene lugar ahora mismo, en la Isla Jeju frente de Corea del Sur y en el Noroeste de Australia, todos elementos de la política de “contención de China”. Estrechamente relacionado está el tema de las bases de EE.UU. en Okinawa, a las que se ha opuesto acremente la población durante muchos años, y una continua crisis en las relaciones EE.UU.-Tokio-Okinawa.

Revelando lo poco que han cambiado las presunciones fundamentales, analistas estratégicos estadounidenses describen el resultado de los programas militares de China como un “clásico ‘dilema de seguridad’ por lo cual programas militares y estrategias nacionales consideradas defensivas por sus planificadores son vistos como amenazadores por el otro lado”, como escribe Paul Godwin del Foreign Policy Research Institute. El dilema de la seguridad aparece respecto al control de los mares frente a las costas de China. EE.UU. considera su política de control de esas aguas como “defensiva”, mientras China la ve como amenazante. Ni siquiera es imaginable un debate parecido respecto a las aguas costeras de EE.UU. Este “clásico dilema de seguridad” tiene sentido, de nuevo, sobre la base de la presunción de que EE.UU. tiene derecho a controlar la mayor parte del mundo, y que la seguridad de EE.UU. requiere algo que se acerca al control absoluto del globo.

Mientras los principios de la dominación imperial han experimentado poco cambio, la capacidad de implementarlos ha disminuido considerablemente a medida que el poder se ha distribuido más ampliamente en un mundo que se diversifica. Las consecuencias son muchas. Es, sin embargo, muy importante recordar que –por desgracia– ninguna disipa las dos oscuras nubes que se ciernen sobre toda consideración de orden global: la guerra nuclear y la catástrofe medioambiental, que amenazan ambas la decente supervivencia de la especie.

Al contrario, ambas amenazas con siniestras, y aumentan.

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Noam Chomsky es profesor emérito del Departamento de Lingüística y Filosofía del MIT. Es autor de numerosas obras políticas que son éxitos de ventas. Sus últimos libros son

Making the Future: Occupations, Intervention, Empire, and Resistance, The Essential Chomsky (editado por Anthony Arnove), una colección de sus escritos de los años cincuenta hasta la actualidad, Gaza in Crisis, con Ilan Pappé, y Hopes and Prospects.

miércoles, 22 de febrero de 2012

MANIFESTACIONES 19 F: ENTRA LA REFORMA "JUSTA, BUENA Y NECESARIA"

César Pérez Navarro
Tercera Información, 20/02/2012       


La simplificación de los mensajes que imponen los nuevos tiempos lleva hoy al ABC un mensaje tan infantil como inconcreto: "es justa, buena y necesaria" -palabra de Rajoy, te alabamos Mariano-. Esto, junto a una foto gigante del sonrriente presidente. No es una pancarta electoral, es la portada de este diario al día siguiente de una manifestación que movilizó a más de un millón de personas en las calles de todo el país. Cerca de dos millones según los sindicatos. Medio millón en Madrid y 200.000 personas en Barcelona (450.000 en Catalunya), cifras parecidas a las que se dieron desde el 15M -en España- tras las movilizaciones del 15 O.

Lo que habría que preguntarse es para quién es "justa, buena y necesaria".

"Los sindicatos, que han despedido a 500 empleados en un año, se manifiestan contra la norma". Esto es todo lo que se le ocurre decir a ABC sobre las movilizaciones en su portada, y en otra noticia detalla como se reparten estas reducciones de plantilla sin mencionar en ningún momento las causas de los mismas: el recorte de las subvenciones durante el año pasado en varias comunidades y de un 20% según decidió el consejo de ministros del 30 de diciembre de 2011.

"Y en los casos más recientes los sindicatos están aplicando la misma medicina que ellos no quieren, la del despido con veinte días de indemnización por año trabajado", dice ABC, mintiendo descaradamente, pues la reforma entró en vigor el pasado 12 de Febrero y la nueva indemnización por despido improcedente solo se aplicará a los contratos de trabajo convertidos en indefinidos con posterioridad a la fecha de entrada en vigor de la reforma. Es imposible -pues- que estos sindicatos hayan podido despedir a nadie bajo el nuevo dedreto-ley.

Por lo demás, ABC habla de "miles de personas", suponemos que para no pillarse los dedos. Tampoco se los pilló el telediario de la 1 de TVE del mediodía del 19, que prefirió omitir datos e imágenes de las manifestaciones de su cabecera, abriendo el informativo con las declaraciones de Rajoy y dedicando muchísimo más tiempo al congreso del PP.

"¡Ahora, a tomar cervezas!". Este es el "mensaje sindical" según el panfleto La Razón, que es capaz de calcular las cifras de asistentes en toda España y obtener el porcentaje de afiliados de CCOO y UGT que acudieron, concluyendo que "los sindicatos no logran movilizar ni al 23 por cien de sus afiliados". "Fracaso del pulso al gobierno: sólo 275.990 personas [ni una más ni una menos] marcharon contra la reforma laboral, pese a que UGT y CCOO tienen 1,2 millones de afiliados". Conclusión: las cifras fiables son las que ofrece la policía y todos los manifestantes estaban afiliados a estos sindicatos. Ya lo ha dicho la delegada del gobierno en Madrid, Cifuentes: "Me remito a las cifras de la policía, no voy a entrar en una guerra de cifras".

Las declaraciones de Rajoy vuelven a ser lo más importante que pasó ayer para El Mundo, donde "se erige en defensor de quienes peor lo pasan", y "se alió ayer con los parados frente a los sindicatos", entendiendo que ningún parado se manifestó, porque los parados permanecieron en su casa, o en todo caso con Rajoy.

El País sí habla de "cientos de miles de personas" en su portada y ofrece un recuento para la capital que pretende situarse en un equilibrio entre los sindicatos y la policía. Su estimación por zonas es de 111.827 manifestantes [ni uno más ni uno menos] en total, con una superficie de ¿44.965 m2?;

El recorrido incluye manifestantes desde la Plaza del Sol hasta Cibeles, y de ahí al Paseo del Prado. Compárase esta estimación con la que hizo este mismo periódico en Octubre de 2009 a raíz de una manifestación contra el aborto desde la calle de Alcalá, pasando por Cibeles y hasta la Plaza de la Independencia: 265.300 personas, con una ocupación de superficie total de 75.400 m2.

No entraremos a discutir la densidad de personas pero ¿cómo es posible que la superficie ofrecida en 2009 sea casi doble que la manifestación de ayer? Calculemos sólo una zona: la superficie que se estimó en 2009 sin incluir Sol y parte de Alcalá y hasta la plaza Cibeles, excluyéndola, era de 27.400 m2 en 2009, y la misma incluyendo Sol y reduciendo sensiblemente el último tramo de Alcalá de 22.520 m2. ¿Cómo es posible?


LA DECADENCIA DE EE.UU. EN PERSPECTIVA, PARTE I. Perdiendo el mundo

Noam Chomsky
Rebelion20/02/2012




Los aniversarios significativos son conmemorados solemnemente – el ataque de Japón contra la base naval de EE.UU. en Pearl Harbor, por ejemplo. Otros son ignorados, y frecuentemente nos enseñan lecciones valiosas sobre lo que probablemente nos espera. Ahora mismo, de hecho.

Por el momento, no estamos conmemorando el 50 aniversario de la decisión del presidente John F. Kennedy de lanzar el acto de agresión más destructivo y asesino del período posterior a la Segunda Guerra Mundial: la invasión de Vietnam del Sur, y después de toda Indochina, dejando a millones de muertos y a cuatro países devastados, con víctimas que siguen aumentando por los efectos a largo plazo de la saturación de Vietnam del Sur con algunos de los carcinógenos más letales conocidos, realizada para destruir la cobertura en el terreno y los cultivos alimentarios.

El objetivo primordial era Vietnam del Sur. Posteriormente la agresión se extendió hacia el Norte, luego a la remota sociedad campesina del norte de Laos, y finalmente a Camboya rural, que fue bombardeada al sorprendente nivel de todas las operaciones aéreas aliadas en la región del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, incluidas las dos bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Al hacerlo, se cumplieron las órdenes de Henry Kissinger –“todo lo que vuela sobre todo lo que se mueve”– un llamado al genocidio que es raro en los antecedentes históricos. Poco de esto es recordado. La mayor parte es apenas conocida más allá de círculos limitados de activistas.

Cuando la invasión fue lanzada hace 50 años, la preocupación fue tan ligera que hubo pocos esfuerzos por justificarla, apenas más que el apasionado argumento del presidente de que “en todo el mundo se nos opone una conspiración monolítica e implacable que se basa primordialmente en medios clandestinos para expandir su esfera de influencia” y si la conspiración logra sus objetivos en Laos y Vietnam: “las puertas se abrirán ampliamente”.

En otro sitio, advirtió además que “los complacientes, los autoindulgentes, las sociedades blandas están a punto de ser barridos con los despojos de la historia [y] solo los fuertes… pueden llegar a sobrevivir”, reflexionando en este caso sobre el fracaso de la agresión y del terror estadounidense para aplastar la independencia de Cuba.

Para cuando la protesta comenzó a aumentar media docena de años después, el respetado especialista en Vietnam e historiador militar Bernard Fall, ningún pacifista, predijo que “Vietnam como entidad cultural e histórica… está amenazado por la extinción… [mientras]… el campo muere literalmente bajo los golpes de la mayor maquinaria militar jamás desencadenada sobre un área de este tamaño”. De nuevo se refería a Vietnam del Sur.

Cuando la guerra terminó después de ocho horrendos años, la opinión dominante estaba dividida entre los que describían la guerra como una “noble causa” que podría haber sido ganada con más dedicación, y en el extremo opuesto, los críticos, para quienes fue un “error” demasiado costoso. En 1977, el presidente Carter, provocó poca atención cuando explicó que “no tenemos ninguna deuda” con Vietnam porque “la destrucción fue mutua”.

Todo esto contiene importantes lecciones para nuestros días, incluso fuera de otro recuerdo de que solo los débiles y derrotados tienen que rendir cuentas por sus crímenes. Una lección es comprender lo que está sucediendo cuando solo prestamos atención a los eventos críticos del mundo real, a menudo desdeñados en la historia, sino también a lo que creen los dirigentes y la opinión de la elite, por teñidos de fantasía que estén. Otra lección es que junto a la fantasía elucubrada para aterrorizar y movilizar al público (y que tal vez sea creída por algunos que son atrapados por su propia retórica), también existe una planificación geoestratégica basada en principios que son racionales y estables durante largos períodos porque están arraigados en instituciones estables y sus preocupaciones. Eso también vale en el caso de Vietnam. Volveré al tema, solo subrayo aquí que los factores persistentes en la acción estatal son generalmente bien ocultados.

La guerra de Iraq es un caso instructivo. Fue mercadeada a un público aterrado sobre las bases usuales de la autodefensa contra una terrible amenaza a la supervivencia: la “única pregunta” declararon George W. Bush y Tony Blair era si Sadam Hussein terminaría sus programas de desarrollo de armas de destrucción masiva. Cuando la única pregunta recibió la respuesta equivocada, la retórica del gobierno giró desenvueltamente hacia nuestro “anhelo de democracia”, y la opinión educada, como se debe, siguió el camino indicado; todo rutina.

Más adelante, a medida que resultaba más difícil ocultar la escala de la derrota de EE.UU. en Iraq, el gobierno admitió silenciosamente lo que siempre estuvo claro. En 2007-2008, el gobierno anunció oficialmente que un acuerdo final debía otorgar a EE.UU. bases militares y el derecho a operaciones de combate, y preferir a inversionistas estadounidenses en el rico sistema energético – demandas que fueron renuentemente abandonadas más tarde ante la resistencia iraquí. Y todo fue ocultado a la población en general.

Midiendo la decadencia de EE.UU.

Con semejantes lecciones en mente, vale la pena considerar lo que es destacado actualmente en los grandes periódicos de política y opinión. Limitémonos a la más prestigiosa de las revistas del establishment, Foreign Affairs. El titular que vociferaba en la portada de la edición de diciembre de 2011, dice en negrita: “¿Se acabó EE.UU.?”

El artículo titular llama a “recortes económicos” en las “misiones humanitarias” en el extranjero que consumen la riqueza del país, a fin de detener la decadencia de EE.UU. que es un tema importante en el discurso de los asuntos internacionales, acompañado usualmente por el corolario de que el poder se orienta hacia el Este, hacia China y (tal vez) India.

Los principales artículos tienen que ver con Israel-Palestina. El primero, de dos altos funcionarios israelíes, lleva el título de “El problema es el rechazo palestino”: el conflicto no puede ser resuelto porque los palestinos se niegan a reconocer Israel como Estado judío – ajustándose así a la práctica diplomática estándar: los Estados son reconocidos, pero no sectores privilegiados en su interior. La demanda es apenas más que un nuevo artilugio para desalentar de la amenaza de un arreglo político que debilitaría los objetivos expansionistas de Israel.

La posición opuesta, defendida por un profesor estadounidense, tiene el título: “El problema es la ocupación”. El subtítulo dice “Cómo la ocupación destruye la nación”. ¿Qué nación? Israel, por supuesto. El par de artículos aparece bajo el titular “Israel sitiado”.

La edición de enero de 2012 presenta un llamado más para bombardear Irán ahora, antes que sea demasiado tarde. Advirtiendo contra “los peligros de la disuasión”, el autor sugiere que “los escépticos de la acción militar no aprecian el verdadero peligro que un Irán con armas nucleares plantearía a los intereses de EE.UU. en Medio Oriente y más allá. Y sus sombríos pronósticos asumen que la cura sería peor que la enfermedad –es decir, que las consecuencias de un ataque de EE.UU. contra Irán serían tan malas o peores que las de que Irán logre sus ambiciones nucleares. Pero es una suposición defectuosa. La verdad es que un ataque militar con el propósito de destruir el programa nuclear de Irán, si es dirigido cuidadosamente, podría ahorrar a la región y al mundo una amenaza muy real y mejorar dramáticamente la seguridad nacional a largo plazo de EE.UU.”

Otros argumentan que los costes serían demasiado elevados, y en los extremos algunos incluso señalan que un ataque violaría el derecho internacional – como lo hace la posición de los moderados, quienes regularmente planean amenazas de violencia, en violación de la Carta de la ONU.

Veamos una por una esas principales preocupaciones.

La demografía es solo uno de los numerosos problemas serios del futuro. Para India, los problemas son mucho más severos.

No todas las voces prominentes prevén una decadencia de EE.UU. Entre los medios internacionales, no hay ninguno más serio y responsable que el London Financial Times. Recientemente dedicó toda una página a la expectativa optimista de que nueva tecnología para la extracción de combustibles fósiles norteamericanos podría permitir que EE.UU. llegue a ser independiente energéticamente, y por ello retenga su hegemonía global durante un siglo. No hay ninguna mención del tipo de mundo que EE.UU. dominaría en ese caso, pero no por falta de evidencia.

Aproximadamente al mismo tiempo, la Agencia Internacional de Energía (IEA) informó que, con el rápido aumento de las emisiones de carbono por el uso de combustible fósil, se llegará al límite de seguridad en 2017 si el mundo continúa por su camino actual. “La puerta se está cerrando” dijo el economista jefe de la IEA, y muy pronto “se cerrará para siempre”.

Poco antes el Departamento de Energía de EE.UU. informó sobre las cifras más recientes de emisiones de dióxido de carbono, que “aumentaron por la cantidad más alta registrada” a un nivel mayor que el peor de los casos previstos por el Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC). No fue ninguna sorpresa para muchos científicos, incluido el programa del MIT sobre cambio climático, que ha advertido durante años que las predicciones del IPCC son demasiado conservadoras.

Semejantes críticos de las predicciones del IPCC no reciben prácticamente ninguna atención pública, a diferencia del margen de negacionistas que son apoyados por el sector corporativo, junto con inmensas campañas de propaganda que han apartado a los estadounidenses del espectro internacional en su negación de las amenazas. El apoyo empresarial también se traduce directamente en poder político. El negacionismo forma parte del catequismo que debe ser entonado por los candidatos republicanos en la grotesca campaña electoral que está en curso, y en el Congreso son suficientemente poderosos como para abortar hasta esfuerzos para estudiar los efectos del calentamiento global, para no hablar de hacer algo serio al respecto.

En breve, la decadencia de EE.UU. puede posiblemente ser detenida si abandonamos la esperanza de supervivencia decente, perspectivas que son demasiado reales en vista del equilibrio de fuerzas en el mundo.

“Perdiendo” China y Vietnam

Dejando de lado pensamientos tan desagradables, una mirada de cerca a la decadencia de EE.UU. muestra que China juega ciertamente un importante papel, como lo ha hecho durante 60 años. La decadencia que ahora provoca una preocupación semejante no es un fenómeno reciente. Se remonta a fines de la Segunda Guerra Mundial, cuando EE.UU. tenía la mitad de la riqueza del mundo e incomparable seguridad y alcance global. Los planificadores eran naturalmente bien conscientes de la enorme disparidad del poder, y querían mantenerla de esa manera.

El punto de vista básico fue presentado con admirable franqueza en un importante documento estatal de 1948 (PPS 23). El autor fue uno de los arquitectos del Nuevo Orden Mundial de esos días, presidente del Personal de Planificación Política del Departamento de Estado, el respetado estadista y erudito George Kennan, un pacifista moderado dentro del espectro de la planificación. Señaló que el objetivo político central era mantener la “posición de disparidad” que separaba nuestra inmensa riqueza de la pobreza de otros. Para lograr ese objetivo, aconsejó: “Debemos cesar de hablar de objetivos vagos… pero irreales como ser derechos humanos, el aumento de los estándares de vida, y democratización”, y debemos “utilizar conceptos de poder directo”, no “embarazados por consignas idealistas” sobre “altruismo y obras de beneficencia hacia el mundo”.

Kennan se refería específicamente a Asia, pero las observaciones se generalizan, con excepciones, para participantes en el sistema global dirigido por EE.UU. Se comprendía bien que las “consignas idealistas” debían ser ostentadas prominentemente cuando iban dirigidas a otros, incluidas las clases intelectuales, de quienes se esperaba que las promulgaran.

Los planes que Kennan ayudó a formular e implementar daban por entendido que EE.UU. controlaría el Hemisferio Occidental, Lejano Oriente, el antiguo imperio británico (incluidos los incomparables recursos energéticos de Medio Oriente), y tanto de Eurasia como fuera posible, crucialmente sus centros comerciales e industriales. No eran objetivos poco realistas, en vista de la distribución del poder. Pero la decadencia comenzó de inmediato.

En 1949, China declaró la independencia, un evento conocido en el discurso occidental como “la pérdida de China” – en EE.UU. con amargas recriminaciones y conflicto sobre quién era responsable de esa pérdida. La terminología es reveladora. Solo se puede perder algo que uno posee. La suposición tácita era que EE.UU. poseía China, por derecho, junto con la mayor parte del resto del mundo, tal como lo asumían los planificadores de la posguerra.

La “pérdida de China” fue el primer paso importante en la “decadencia de EE.UU.” Tuvo importantes consecuencias políticas. Una fue la decisión inmediata de apoyar el esfuerzo de Francia por reconquistar su antigua colonia de Indochina, para que esta, no fuera también “perdida”.

La propia Indochina no era una preocupación enorme, a pesar de las afirmaciones sobre sus ricos recursos por el presidente Eisenhower y otros. La preocupación fue más bien la “teoría del dominó”, frecuentemente ridiculizada cuando los dominós no caen, pero sigue siendo un principio dominante en la política porque es bastante racional. Para adoptar la versión de Henry Kissinger, una región que cae fuera de control puede convertirse en un “virus” que “propagará el contagio”, induciendo a otros a seguir el mismo camino.

En el caso de Vietnam, la preocupación era que el virus del desarrollo independiente pudiera infectar Indonesia, que realmente posee ricos recursos. Y eso podría llevar a Japón –el “súper dominó” como fue llamado por el destacado historiador sobre Asia, John Dower, – a “acomodarse” a un Asia independiente como su centro tecnológico e industrial en un sistema que escaparía al alcance del poder de EE.UU. Eso significaría, en efecto, que EE.UU. había perdido la fase del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial, librada para impedir el intento de Japón de establecer un Nuevo Orden semejante en Asia.

El camino para encarar un problema semejante es obvio: destruir el virus e “inocular” a los que podrían estar infectados. En el caso de Vietnam, la decisión racional era destruir toda esperanza de un exitoso desarrollo independiente e imponer dictaduras brutales en las regiones vecinas. Esas tareas fueron realizadas con éxito – aunque la historia tiene su propia astucia, y algo similar a lo que se temía se ha estado desarrollando desde entonces en el Este de Asia, para consternación de EE.UU.

La victoria más importante de las guerras de Indochina fue en 1965, cuando un golpe militar en Indonesia, respaldado por EE.UU. y dirigido por el general Suharto, realizó masivos crímenes que fueron comparados por la CIA con los de Hitler, Stalin y Mao. Los medios dominantes informaron fielmente y con euforia irrestricta sobre la “asombrosa matanza masiva”, como la describió el New York Times.

Fue un “rayo de luz en Asia”, como escribió el renombrado comentarista ‘liberal’ James Reston en el Times. El golpe terminó la amenaza de democracia al demoler al partido político de los pobres, basado en las masas; estableció una dictadura que procedió a compilar uno de los peores historiales de derechos humanos en el mundo, y abrió las riquezas del país a inversionistas occidentales. No es de extrañar que, después de muchos otros horrores, incluida la casi genocida invasión de Timor Oriental, Suharto haya sido saludado por el gobierno de Clinton en 1995 como “nuestro tipo de hombre”.

Años después de los grandes eventos de 1965, el consejero de seguridad nacional de Kennedy-Johnson, McGeorge Bundy, reflexionó que hubiera sido sabio terminar la guerra de Vietnam en ese momento, con el “virus” virtualmente destruido y el dominó primordial sólidamente en su sitio, reforzado por otras dictaduras respaldadas por EE.UU. en toda la región.

Procedimientos similares han sido seguidos rutinariamente en otros sitios. Kissinger se refirió específicamente a la amenaza de una democracia socialista en Chile. Esa amenaza fue destruida en otra fecha olvidada, lo que los latinoamericanos llaman “el primer 11-S”, que en violencia y amargos efectos excedió de lejos el 11-S conmemorado en Occidente. Una cruel dictadura fue impuesta en Chile, parte de una plaga de brutal represión que se extendió por Latinoamérica, alcanzando Centroamérica bajo Reagan. Los virus también han causado profundas preocupaciones en otros sitios, incluido Medio Oriente, donde la amenaza del nacionalismo secular ha preocupado frecuentemente a los planificadores británicos y estadounidenses, induciéndolos a apoyar al fundamentalismo islámico radical para contrarrestarlo.

La concentración de la riqueza y la decadencia de EE.UU.

A pesar de semejantes victorias, la decadencia de EE.UU. continuó. En 1970, la parte estadounidense de la riqueza del mundo había caído a un 25%, aproximadamente donde permanece, todavía colosal, pero mucho menos que al fin de la Segunda Guerra Entonces. Para entonces, el mundo industrial era “tripolar”: Norteamérica basada en EE.UU., Europa basada en Alemania, y el Este de Asia, que ya era la región industrial más dinámica, basada en aquel entonces en Japón, pero que entonces incluía a las antiguas colonias japonesas Taiwán y Corea del Sur, y más recientemente China.

Aproximadamente en esos días, la decadencia de EE.UU. entró a una nueva fase: decadencia conscientemente auto-infligida. Desde los años setenta, ha habido un cambio significativo en la economía estadounidense, cuando planificadores, privados y estatales, se volvieron hacia la financialización y la subcontratación al extranjero de producción, impulsada en parte por la tasa de beneficios en disminución en la manufactura en el interior. Esas decisiones iniciaron un ciclo maligno en el cual la riqueza se concentró considerablemente (dramáticamente en el máximo 0,1% de la población), causando la concentración del poder político; de ahí la legislación para llevar aún más lejos el ciclo: la tributación y otras políticas fiscales, desregulación, cambios en las reglas de la gobernancia corporativa permitiendo inmensos beneficios para los ejecutivos, etc.

Mientras tanto, para la mayoría, los salarios reales se estancaron en gran parte, y la gente pudo arreglárselas solo mediante cargas laborales fuertemente aumentadas (mucho más que en Europa), deudas insostenibles, y burbujas repetidas desde los años de Reagan, creando riqueza en el papel que inevitablemente desaparecía cuando reventaban (y los perpetradores eran rescatados por el contribuyente). Paralelamente, el sistema político ha sido cada vez más desgarrado mientras ambos partidos son impulsados más profundamente dentro de los bolsillos corporativos con el aumento del coste de las elecciones, los republicanos a un nivel grotesco, los demócratas (ahora sobre todo los antiguos “republicanos moderados”) no se quedaron demasiado atrás.

Un reciente estudio del Instituto de Política Económica, que ha sido durante años la mayor fuente de datos probos sobre estos eventos, es titulado Failure by Design [Fracaso deliberado]. La palabra “deliberado” es exacta. Otras alternativas eran ciertamente posibles. Y como señala el estudio, el “fracaso” tiene una base clasista. No hay fracaso para los que deliberan. Lo contrario es lo cierto. Las políticas fueron, más bien, un fracaso para la gran mayoría, el 99% en la imaginería de los movimientos Ocupa – y para el país, que ha declinado y seguirá haciéndolo bajo estas políticas.

Otro factor es la subcontratación al extranjero de la manufactura. Como lo ilustra el ejemplo de los paneles solares, la capacidad manufacturera provee la base y el estímulo para la innovación llevando a niveles más elevados de sofisticación en la producción, el diseño y la invención. Eso, también, está siendo subcontratado, lo que no es un problema para los “mandarines del dinero” que elaboran cada vez más la política, pero es un problema serio para la gente trabajadora y las clases medias, y un verdadero desastre para los más oprimidos, los africano-estadounidenses, que nunca han escapado al legado de la esclavitud y sus crueles secuelas, y cuya exigua riqueza desapareció virtualmente después del colapso de la burbuja de la vivienda en 2008, provocando la más reciente crisis financiera, la peor hasta ahora.

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Noam Chomsky es profesor emérito del Departamento de Lingüística y Filosofía del MIT. Es autor de numerosas obras políticas que son éxitos de ventas. Sus últimos libros son Making the Future: Occupations, Intervention, Empire, and Resistance, The Essential Chomsky (editado por Anthony Arnove), una colección de sus escritos de los años cincuenta hasta la actualidad, Gaza in Crisis, con Ilan Pappé, y Hopes and Prospects